Marcas del Verdadero Mensajero de Dios

Las definiciones escriturales, designaciones, y cargos de los mensajeros (humanos) verdaderos de Dios -(mensajeros-muchas veces traducido como ángeles)- son muchos y varían. Esto se debe a sus dones particulares del Señor los cuales son dados sin acepción de raza, género, origen nacional, o el status socio-económico. (Mal. 2:7; 3:1; Jn. 1:51; Gá. 4:14; Fil. 2:25; Ap. 1:20; 10:7) Observe los de abajo:

“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.” Ef. 4:11.

Apóstol: Definido como “el enviado.” Este don se menciona aquí en especial ya que fue enviado y usado por Dios en tiempos del día del evangelio para dar inicio a grandes movimientos de Su Espíritu para restaurar las verdades perdidas en la gran caída, progresivamente, y en este atardecer del día del evangelio, no solamente para completar la restauración de toda la verdad, pero también para guiar y vigilar la recolección en uno a los miembros del cuerpo de Cristo a un rebaño (1 Co. 12:28).

Profeta: Alquien que habla abiertamente el mensaje divino–nota: “profecía no es necesariamente, ni aún principalmente predecir el futuro. Es predicar la voluntad de Dios, ya sea que se refiera al pasado, al presente, o al futuro” (1 Co. 11:4-5; 14:3; Ef. 2:20).

Maestro/maestro de las escrituras: Instructor (1 Ti. 2:7; Stg. 3:1).

Evangelista: Un mensajero de buenas; denota a un predicador del evangelio (Hch. 21:8; 2 Ti. 4:5). El evangelista predica principalmente con una carga para la salvación inicial de almas.

Pastor: Un pastor; alguien que atiende el rebaño, no solamente alguien que los alimenta (Hch. 20:28; 1 P. 5:1-2).

Exhortador: Uno que amonesta, exhorta, insiste a que uno persiga algun curso de conducta (Ro. 12:6-8; Lc. 3:18).

Obispo: Supervisor (Hch. 20:17,28; 1 Ti. 3:1-7,11).

Anciano, Presbítero: Otros términos para la misma persona del Obispo, indicando la experiencia espiritual madura y el entendimiento de aquellos así descritos (1 Ti. 4:14; Tit 1:5-9).

Ministro: Un siervo (Ro. 15:8,16; 2 Co. 4:5; 1 Ts. 3:2).

Esos cargos son sub-clasificaciones del “verdadero mensajero de Dios” o “mensajero de la verdad,” cada uno con carga para el trabajo específico de su llamado. Algunos dones se traslapan. No todos los creyentes son llamados para ser mensajeros de Dios en el contexto dirijido por este artículo (1 Co. 12:29), por eso carecen de

Las Marcas de un verdadero mensajero de Dios:

  1. Nacido de nuevo y bautizado con el Espíritu Santo. “Os es necesario nacer de nuevo.” “Vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” (Jn. 3:7; Hch. 1:5). También ver Jn. 14:16-18.
  2. Mantiene una relación íntima con Jesucristo. “Aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Fil. 3:8). También ver Fil. 1:21.
  3. Un sacrificio vivo, consagrado por vida y muerte; dado totalmente para ser un mensajero de Dios. “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hch. 20:24). También ver Ro. 12:1; 1:15; 1 Ti. 4:12-16.
  4. Su llamado es divino y su don del Espíritu Santo con los atributos necesarios para cumplir el llamado-esta seguro por Dios de su llamado en la vida. “Pero cuando agradó a Dios…revelar a su hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre” (Gá. 1:15-16). También ver Ro. 10:15; 12:6-8.
  5. No es ecuménico, ni temeroso o a favor del hombre. “Nosotros somos de Dios: el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error” (1 Jn. 4:6). También ver 1 Ts. 2:4.
  6. No opera aparte del cuerpo visible de Cristo, la iglesia de Dios, mas está en unidad con su doctrina inerrante y estandartes; ve ojo a ojo y habla la misma cosa. “Alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo a ojo verán que Jehová vuelve a traer a Sion” (Is. 52:8). También ver 1 Ti. 3:15; Mt. 16:19; 1 Co. 1:10.
  7. Sujeto a una base continua, a todos los mensajeros de Dios. “Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas” (1 Co. 14:32); y reconoce y se sujeta a la autoridad superior de los apóstoles y ministros ancianos- “Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen a Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y ancianos, para tratar esta cuestión” (Hch. 15:2). También ver Hch. 15:6, 23, 25; 20:17-21.
  8. Cargado con un amor no fingido por todas las almas y conoce a las ovejas. “Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubíeramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos” (1 Ts. 2:8). También ver 2 Co. 5:14-16; 1 Ti. 3:2.
  9. Si un hombre tiene a su casa y a su familia en orden y su esposa es “honesta, no calumniadora…sino sobria, fiel en todo” y sus hijos “fieles,” “no acusados de alborotos o ingovernables.” Si es mujer, su hogar estará en orden a mas que se extiende su influencia, en el caso de un marido no salvo, por ejemplo. Si es casado, ambos el mensajero y la esposa nunca deberán haber sido casados con otro, excepto que sea viudo (1 Ti. 3:11; Tit. 1:6). También ver 1 Ti. 3:2, 4, 5; Mt. 19:9.
  10. Posee gracias calificantes de un administrador de Dios. “Irreprochable…vigilante, sobrio, de buena conducta, dado a hospitalidad, apto para enseñar; no dado a tomar vino, no pendenciero, no codicioso de lucro sucio; pero paciente, no es camorrista, no codicioso…debe de tener buen testimonio de los que están afuera;” “no soberbio, no iracundo…amante de lo bueno…justo, santo, dueño de sí mismo” (1 Ti. 3:2-3, 7; Tit. 1:7-8).
  11. Dado a la oración y al ministerio de la Palabra, apto para enseñar, calma y convence a los que se contradicen; no bromea con la palabra de Dios; se cuida a sí mismo con diligencia. “…y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra” (Hch. 6:4). También ver Tit. 1:9, 11a; 1 Ti. 3:2; 4:15-16; Sof. 3:4.
  12. Comunica mensajes inspiradas por el Espíritu Santo, recibidos de Dios, directo a los corazones del pueblo. “Siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón”  (2 Co. 3:3). También ver 1 Pe. 1:12; 2 Pe. 1:21.
  13. Tiene una unción divina, y su predicación y toda obra es ungida por el poder del Espíritu de Dios, produciendo buen fruto. “Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros…cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros…la cual actúa en vosotros los creyentes” (1 Ts. 1:5; 2:13). También ver Hch. 2:16-18, 41-47; 2 Co. 4:5-7, 10-12.
  14. Proclama el mensaje final de la séptima trompeta a nivel mundial, revelando el misterio de Dios, aún Jesucristo y su Cuerpo, y derramando furia de la ira de Dios; reuniendo al pueblo de Dios a un cuerpo y separando los malos de los justos. “Sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas” (Ap. 10:7). También ver Ap. 1:10-20; 11:15, 18; 15:1; 16:1; Mt. 24:30-31; 13:40-43, 49.
  15. En algún tiempo fue comisionado por Dios para ministrar en areas particulares de la Iglesia, i.e. misionero, evangelista, pastor, etc., lo cual es reconocido por el ministerio y el cuerpo; no es un novato. “Ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio…para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos” (1Ti. 4:13-15). También ver Gá. 2:7-9; 1 Ts. 2:9-10,13; 1 Ti. 3:6; Fil. 2:22.
  16. Guia con autoridad en la Iglesia sin “señorear” al pueblo de Dios, y es un ejemplo para el rebaño; no es salariado. “Los ancianos…apacentad la grey de Dios que está entre vostotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” (1 Pe. 5:1-3). También ver He. 13:17; Hech. 20:28, 33-35.
  17. Una persona de fe en Dios quien edifica la fe del pueblo y manifiesta el don de sanidades físicas en tiempos. “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la Iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará” (Stg. 5:14-15a). También ver He. 13:7.
  18. Tiene una necesidad personal de todos los santos. “Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios” (1 Co. 12:21-22). También ver Ro. 15:30-32; 1 Ts. 3:7-8.
  19. Sabe que perderá la salvación si no cumple con el llamado del mensajero. “Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Co. 9:27). También ver Lu. 12:47; 1 Co. 9:16.

¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito:¡Cuán hermosos son los pies de los que
anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Ro. 10:15.

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