Saludos, amigo. Quizá te preguntas quiénes somos. No somos una denominación. Somos la iglesia del Dios viviente, como la encontramos en el Nuevo Testamento. Por demasiado tiempo el mundo ha visto un alejamiento del mensaje apostólico de la iglesia de Dios. La evidencia de este hecho es la condición predominante de mortandad e insensibilidad espiritual, la desviación a la mundanería, la declinación en espiritualidad profunda, la pérdida de entusiasmo evangelista y la dependencia creciente en las tradiciones, el gobierno de hombre, y un entendimiento intelectual de la doctrina. Dios ya no tolera estas condiciones tenebrosas. Él ahora manda un despertamiento por el Espíritu Santo. Esto es un movimiento del Espíritu, ordenado por Dios y profetizado en Apocalipsis y otras escrituras. Dios está restaurando Su iglesia y llamando de nuevo a Sus hijos verdaderos de cada secta y cisma al único redil.
Es tiempo de que cada uno de los hijos de Dios escuche y obedezca, en totalidad, la preciosa Palabra de Dios. Él nos está llamando a ser la iglesia de Dios en el sentido apostólico; no sólo por nombre, sino en verdad y poder. Deje que las escrituras resuelvan el asunto. Dios no viene por una iglesia derrotada, dividida, espiritualmente andrajosa e impotente. Él regresa por una iglesia gloriosa que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante (Efesios 5:27).
En este tiempo de restauración, nos regocijamos mientras el mensaje apostólico de la iglesia suena claramente, en su pureza y poder, para reunir para Dios Su gloriosa esposa comprada con sangre–la iglesia de Dios. Ella ahora está preparándose para la pronta venida del Salvador.
¡Estamos deseosos de conocer a todos los amadores de la verdad, y nos encantaría escuchar de ti!
“Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiere, tome del agua de la vida gratuitamente.” Apocalipsis 22:17.