¡Saludos en el nombre del Señor! Ha sido un honor y un privilegio servir
como el pastor de la Iglesia de Dios aquí en Chihuahua. Guiado por el
Espíritu Santo y los apóstoles, nos mudamos aquí en el 2010, con una
carga por la salvación de las almas en México. Hemos presenciado el
poder de Dios entre nosotros y hemos visto cómo el Espíritu Santo ha
cambiado las vidas de individuos de todas edades.
Me gustaría invitar a todos, especialmente a aquellos que están cansados
del sistema del mundo y de la confusión religiosa a venir y tener una
experiencia que cambiará sus vidas.